Cómo los antiguos griegos aprovecharon la energía eólica para ganar la batalla de Salamina

La batalla de Salamina. Pintura de Wilhelm von Kaulbach, 1868. Propiedad del estado de Baviera. Foto: dominio público

La batalla de Salamina, librada entre los persas y una fuerza griega ampliamente superada en número en septiembre de 480 a. C., es considerada por muchos historiadores como una de las más decisivas de la historia.

Una nueva investigación del Centro de Investigación de Física Atmosférica y Climatología de la Academia de Atenas sostiene que los griegos en realidad eligieron el sitio de Salamina después de estudiar las condiciones climáticas de la zona.

Si los griegos no hubieran ganado la batalla, muchos creen que la invasión persa de Grecia habría tenido éxito, alterando el curso de la historia tal como la conocemos.

La Atenas clásica, que nos dio la base de la cultura occidental, incluida la filosofía, la literatura y el gobierno democrático, floreció después de que los griegos finalmente ganaran las guerras persas después de muchas batallas, tanto en tierra como en el mar.


Al igual que la Batalla de las Termópilas, los actos heroicos de la Batalla de Salamina han alcanzado un estatus legendario, ya que las ciudades-estado griegas aliadas utilizaron aproximadamente 370 barcos trirreme, y los persas tenían más de 1000, según fuentes antiguas.

Los persas, bajo el rey Asuero, planearon aplastar a los griegos superados en número con la fuerza de su enorme flota. El líder de los barcos griegos, Temístocles, consciente de la cantidad de barcos persas, atrajo a los persas al estrecho de Salamina, donde esperaban los barcos griegos.

Dado que la enorme flota persa no cabía en el estrecho, rápidamente se desorganizó, abriendo la posibilidad de una victoria griega.

No fue solo la gran mente militar de Temístocles lo que llevó a los griegos a la victoria, sino también un conocimiento profundo del clima de Salamina, según un artículo publicado en la revista científica Atmosphere por investigadores del Centro de Investigación en Física Atmosférica y Climatología de la Academia de Atenas.

En el artículo, los investigadores, dirigidos por el profesor Christos Zerefos, argumentan que los datos actuales recopilados sobre las condiciones del viento en el Estrecho de Salamina se alinean con los relatos de antiguos testigos oculares.

Además, el artículo sostiene que los griegos deben haber sido conscientes de estas condiciones, ya que los griegos planearon un ataque a última hora de la mañana contra los persas, que se alineó con las condiciones del viento que hicieron más difícil para los persas retirarse al mar abierto a principios de tarde.

Los vientos del noroeste de última hora de la noche y de la madrugada, o vientos etesianos, en el golfo Sarónico, combinados con las brisas locales del mar del sur a última hora de la mañana, atraparon a la flota persa en el estrecho de Salamina durante la tarde, lo que llevó a una victoria griega en la tarde.

Este patrón de viento en particular todavía está presente hoy, y tiene lugar principalmente de mayo a septiembre, cuando el sol es especialmente fuerte, calentando la atmósfera. Se cree tradicionalmente que la Batalla de Salamina tuvo lugar a finales de septiembre de 480 a. C., cuando este fenómeno meteorológico todavía está vigente.