La Dama de Ro: símbolo de patriotismo y desafío griego

Despina Achladioti, la mujer que vivía sola en una isla remota llamada Ro, a tiro de piedra de la costa turca, se ha convertido en un símbolo del patriotismo y el desafío griego al izar y arriar la bandera griega todos los días durante décadas.

Su pequeño acto cotidiano de patriotismo la ha comparado con la francesa Juana de Arco o la británica Boudicca. Se hizo conocida en la memoria colectiva griega como la «Dama de Ro».

Achladioti, nacido en 1890 en Kastellorizo , entonces parte del imperio otomano y a solo kilómetros de la costa turca, vivió una vida dura en el pequeño y rocoso puesto de avanzada.


En 1927 navegó con su marido a la isla aún más pequeña de Ro, junto a Kastellorizo, donde se ganaron la vida a duras penas en la roca desierta, viviendo de la agricultura de subsistencia. Nadie sabe realmente por qué eligieron vivir allí solos.

Despina Achladioti, la dama de Ro

Sin embargo, después de la muerte de su esposo en 1940, Despina continuó viviendo su vida en Ro, a solo 800 metros de la costa turca, acompañada solo por su madre ciega, que navegó desde Kastellorizo.

Aunque Ro, que lleva el nombre de la letra griega por su forma distintiva, no se unió formalmente  al estado griego hasta 1947, ya que el Dodecaneso estaba controlado por Italia, Despina izaba y bajaba una bandera griega todos los días.

Hizo esto todos los días cuando su isla natal de Kastellorizo ​​fue invadida por los italianos, bombardeada por la Luftwaffe y sus aproximadamente 14.000 habitantes fueron evacuados por los británicos.

Este pequeño acto, que realizó todos los días de su solitaria vida en Ro en todo tipo de clima, fue reconocido por el estado griego a su muerte el 13 de mayo de 1982, cuando fue enterrada en la isla con plenos honores militares.

Esa tradición militar continúa, con soldados griegos estacionados allí izando y bajando la bandera todos los días, pase lo que pase.

La «Dama de Ro», como se conoce a Despina, encarna un espíritu de orgullo, determinación y resistencia con el que muchos griegos se identifican fuertemente. Su imagen se utiliza para evocar un espíritu de orgullo nacional que se ha vuelto omnipresente en toda la diáspora.

Es un legado mundial que la propia dama, que apenas se desvió en su larga vida de dos pequeñas islas en el Mediterráneo, le costaría incluso comprender.