Evidencia Sugiere que los Griegos Modernos Tienen Vínculos de ADN con los Micénicos

Griegos Modernos
La tumba de Clitemnestra en Micenas. Crédito: Jean Housen / Wikimedia Commons / CC BY 3.0

La nueva evidencia de ADN emergente sugiere que los griegos modernos son de hecho descendientes de los antiguos micénicos, que gobernaron la Grecia continental y el mar Egeo desde el 1.600 a. C. hasta el 1.200 a. C.

La evidencia proviene de un estudio en el que los científicos analizaron los genes de los dientes de 19 personas en varios sitios arqueológicos dentro de la Grecia continental y Micenas. Se comparó un total de 1,2 millones de letras de código genético con las de 334 personas en todo el mundo.

También se recopiló información genética de un grupo de treinta individuos griegos para compararla con los genomas antiguos. Esto permitió a los investigadores trazar de manera efectiva cómo se relacionaban los individuos entre sí.

Después de comparar el ADN de los griegos modernos con el de los antiguos micénicos, se descubrió una superposición genética que sugiere que estas antiguas civilizaciones de la Edad del Bronce sentaron las bases genéticas para los pueblos posteriores.


Fresco micénico que representa a una mujer. Crédito: WIkimedia Commons / Dominio público

También se encontraron vínculos entre minoicos y micénicos

Un aspecto que se reveló en el estudio fue cómo los propios micénicos estaban estrechamente relacionados con la civilización minoica, que floreció en la isla de Creta desde el 2000 a. C. hasta el 1400 a. C.

Se demostró que ambas culturas portaban genes para el cabello y los ojos castaños, características que se reflejan en sus frescos y cerámica, a pesar de tener diferentes idiomas.

Según el genetista de poblaciones de Harvard, Iosif Lazaridis, cualquier diferencia entre las dos civilizaciones sugiere que una segunda ola de personas llegó a la Grecia continental desde Europa del Este, pero no pudieron llegar a la isla de Creta y con el tiempo se les conoció como los micénicos.

El arqueólogo sueco Kristian Kristiansen de la Universidad de Gotemburgo comentó recientemente sobre la importancia del estudio y dijo que «los resultados han abierto el siguiente capítulo en la historia genética de Eurasia occidental y la del Mediterráneo de la Edad del Bronce».