Un Pueblo en Colombia Llamado Salamina

Salamina en Colombia

Existe un pueblo llamado Salamina en Colombia, que sorprendentemente tiene lazos con la Antigua Grecia, tomando su nombre de la gran batalla naval que tuvo lugar en el 480 a.C.

El pintoresco pueblo de Salamina está ubicada en el área de Caldas a una altitud de 1800 metros (5,905 pies) en la cordillera de los Andes. Se estableció hace unos 185 años y ahora tiene aproximadamente 15.000 habitantes.

El municipio ha producido una cantidad asombrosa de poetas, músicos y artistas para su tamaño, y por eso se ha ganado el apodo de «la ciudad de la luz». También pertenece a la red de “Pueblos Patrioniales” de Colombia.


La historiad de Salamina en Colombia

Lo que es igualmente impresionante, sin embargo, es la historia y cómo obtuvo su nombre. El sitio web lo relata con gran detalle. Muestra que el Nuevo Mundo ha conmemorado la gloria de la Antigua Grecia para siempre, de modo que nunca será olvidada en América.

Los registros históricos señalan que “Según un decreto emitido por el General Santander, el asentamiento denominado Sabanalarga, en el año 1827, fue trasladado al sitio que actualmente ocupa y se denomina Encinadas.

La historia del pueblo continúa señalando que “En el decreto de fundación, el general Santander pidió que se le diera el nombre en memoria de la isla Griega de Salamina donde el general Temístocles, al frente del ejército ateniense, libró una batalla contra los marineros persas comandados por el rey Jerjes en el año 480 a. C.»

La batalla de Salamina, óleo sobre tela pintado en 1868 por Wilhelm von Kaulbach

La Batalla de Salamina

Fue un enfrentamiento naval entre la flota Griega y el Imperio Persa en el golfo Saronico, Resultó en una victoria decisiva para los griegos que eran superados en número.

La Batalla de Salamina marcó el punto decisivo de la segunda invasión persa de Grecia se libró en el estrecho entre el continente y la isla cerca de Atenas.

Para bloquear el avance persa, una pequeña fuerza bloqueó el paso de las Termópilas, mientras que una armada aliada se enfrentó a la flota persa en el estrecho cercano de Artemisio.

En la batalla de las Termópilas resultante, la retaguardia de la fuerza griega fue aniquilada, mientras que en la de Artemisio los griegos sufrieron grandes pérdidas y se retiraron después de la derrota. Esto permitió a los persas conquistar varias regiones del país.

Aunque superados en gran en número, los aliados griegos fueron persuadidos por el general ateniense Temístocles para llevar a la flota persa a la batalla, con la esperanza de que una victoria evitaría las operaciones navales contra el Peloponeso.

El rey persa Jerjes también estaba ansioso por una batalla decisiva.

Como resultado de un subterfugio por parte de Temístocles, la armada persa se adentró en el estrecho de Salamina y trató de bloquear ambas entradas.

En las condiciones del Estrecho, el gran número de persas era un obstáculo activo, ya que los barcos luchaban por maniobrar y se desorganizaban.

Aprovechando la oportunidad, la flota griega se formó en línea y logró la victoria, Jerjes se retiró a Asia con gran parte de su ejército, dejando a Mardonio para completar la conquista de Grecia.

Sin embargo, al año siguiente, el resto del ejército persa fue derrotado y no hicieron más intentos de conquistar el continente griego.